En primera instancia les explicaré en que consiste la Radiación de Hawking para entender de forma más sencilla este proceso.
Esta consiste en la creación, durante un periodo de tiempo muy breve, de pares «Partícula – Antipartícula» a partir del vacío. Estas partículas son «virtuales», pero la intensa gravedad del agujero negro las transforma en reales. Tales pares se desintegran rápidamente entre sí devolviendo la energía prestada para su formación. Sin embargo, en el límite del horizonte de sucesos de un agujero negro, la probabilidad de que un miembro del par se forme en el interior y el otro en el exterior no es nula, por lo que uno de los componentes del par podría escapar del agujero negro; si la partícula logra escapar, la energía procederá del agujero negro. Es decir, el agujero negro deberá perder energía para compensar la creación de las dos partículas que separó. Este fenómeno tiene como consecuencias la emisión neta de radiación por parte del agujero negro y la disminución de masa de éste.
Según Hawking, un agujero negro va perdiendo masa, a un ritmo inversamente proporcional a ésta, debido a un efecto cuántico. Es decir, un agujero negro poco masivo, desaparecerá más rápidamente que uno más masivo.
Ahora comencemos con lo que quiero explicar; cuanto menor es la masa de un agujero negro, más alta es su temperatura. Lo que sucede cuando la masa del agujero negro llega a hacerse muy pequeño no está completamente claro aún. Lo más razonable sería que éste desaparecería completamente en un gran estallido final.
Un agujero negro con una masa de algunas veces la del sol tendría una temperatura de diezmillonésima de grado por encima del 0 absoluto aproximadamente. Esta es menor que la temperatura de la radiación de microondas que está presente en todo el universo, unos 2,7K. De esta forma, los agujeros negros emitirían menos de lo que absorben. Si el universo está destinado a expandirse para siempre, la temperatura de la radiación de microondas va a disminuir con el tiempo hasta ser menor que la de un agujero negro semejante a estas condiciones. Entonces, el agujero absorberá menos de lo que emite y empezará a perder masa. Pero, incluso entonces, su temperatura es tan baja que tardaría unos 10^66
años en evaporarse por completo. Este es un tiempo mucho mayor que la edad del universo, que es de solo 13.835 millones de años. Por otra parte, podría haber agujeros negros primordiales con una masa mucho más pequeña, que fueron creados por el colapso de irregularidades en las etapas muy tempranas del universo.Tales agujeros negros tendrían una temperatura mucho más alta y estarían emitiendo radiación a un ritmo mucho mayor. Un agujero negro primordial con una masa inicial de 1000 millones de toneladas tendría un tiempo de vida aproximadamente a la edad del universo. Agujeros negros primordiales con masas iniciales menores que esta cifra ya se habrían evaporado por completo. Sin embargo, aquellos con masas superiores seguirían emitiendo radiación en forma de rayos X y rayos gamma. Estos son similares a las ondas luminosas, pero con una longitud de onda mucho más corta. Tales agujeros apenas merecen el apelativo de negros. En realidad están incandescentes, y emiten energía a un ritmo de unos 10.000 negativos. Un agujero negro semejante podría impulsar diez grandes centrales eléctricas, tan solo con que pudiésemos aprovechar su emisión. No obstante, esto sería bastante difícil. El agujero negro tendría la masa de una montaña comprimida en el tamaño del núcleo de un átomo. Si tuviéramos uno de estos agujeros negros en la superficie de la Tierra, no habría forma de impedir que cayera atravesando el suelo hacia el centro dela Tierra. Oscilaría de un lado a otro a través de la Tierra, hasta que finalmente se asentaría en el centro. Por eso, el único lugar donde poner un agujero negro semejante, en el que se pudiera utilizar la energía que emitiera, sería en órbita alrededor de la Tierra. Y la única forma de ponerlo en órbita en torno a la Tierra sería traerlo allí con una gran masa por delante de él, algo parecido a poner una persona a correr en una cinta y en su parte posterior una botella de agua como premio. No parece que esta sea una propuesta demasiado práctica, al menos no en un futuro cercano.
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